Tampocote voy a pedir que me llames para contarme qué tal fue en el día, ni que me digas que me echas de menos. No te voy a pedir que me des las gracias por todo lo que hago por ti, mi que te preocupes por mi cuando mis ánimos están por los suelos, y por supuesto, no te pediré que me apoyes en mis decisiones.
Note voy a pedir que me digas lo guapa que voy, aunque sea mentira, ni que me escribas nada bonito. No voy a pedirte que aparezcas en la puerta de mi casa con una rosaTe quiero, como si fueras la misma niña de mis ojos”, decía tía a sobrina. Incluso, cuando la pequeña Isolda dejó de ser tan pequeña y en 1953 dio a luz a su hija Mara, justo diez meses antes de morir Frida , ésta le escribió una carta en la que, con enorme cariño, le confirma ser la hija que siempre le habría gustado tener: “Para la niña
NOTE VOY A PEDIR- Frida Kahlo. No me pude resistir a este texto que encontre de Frida Kahlo. No hay explicaciones, simplemente es Frida Kahlo, mi voz es